UNA BANDA ROJA QUE NOS CRUZA EL ALMA!

UNA BANDA ROJA QUE NOS CRUZA EL ALMA!

domingo, 7 de septiembre de 2014


Seguramente no brilló como en otros partidos, no lo plasmó en el resultado, pero desde el desarrollo lo de River ante Tigre fue un trabajo muy sólido.

Con decir que Barovero fue un espectador de lujo, ya que la visita no dispuso ni una chance nítida de gol a lo largo de los 90 en la tarde-noche del Monumental.

El conjunto de Gallardo dominó el juego de principio a fin, apoyado en los pilares claves durante este ciclo del DT: Matias Kraneviter (que ya no deja de sorprender a estas alturas la experiencia con la que juega los encuentros), fue una vez más el amo y patrón del medio; Ariel Rojas y Carlos Sánchez, socios del juvenil en la recuperación y generación del juego. Pisculichi, ya definitivamente asentado como el líder creativo en tres cuartos hacia adelante y Mora (que ante la ausencia de Teo), apareció como el goleador que el equipo necesitaba hoy.

Lo mejor del local se vió a partir de los 20. Ya mejor plantados en un campo demasiado mojado (los primeros cinco de juego solo se dedicaron a caerse por ambos lados), el Millonario empezó a imponer condiciones.

River dominaba la pelota y las acciones y el gol estaba al caer. Fue así que a los 33´ llegó la apertura del marcador. Luego de una jugada que contó con 17 pases consecutivos, Rojas llegó al fondo, tiro el centro atrás y Sánchez (de pecho) asistió a un Mora que con un gran zurdazo puso el 1-0. Golón del local, de lo mejor en el campeonato y con la estampa que Gallardo intenta imponer en cada partido.

Desde allí los de Núñez aceleraron un poco el juego en busca de aumentar el resultado. Contó con algunas oportunidades, pero siempre se encontro con un Javier García bien ubicado.

Por el lado de los de Victoria, poquito para destacar (por no decir nada).  Plantado en su idea de esperar en mitad de campo y salir de contra, el equipo de Fabián Castro dependía demasiado de lo que pudiera generar su conductor, Lucas Wilchez.

Para la segunda parte, River liquidaría el juego a los pocos minutos. Tan solo tres les bastaron al local ponerse 2-0: tras una jugada entre Pisculichi y Rojas, el ex Godoy Cruz ubicó a Mora solo dentro del área, quien con un gran control dejó a la defensa de Tigre a contra mano y al delantero cara a cara con García, para definir con muchísima tranquilidad al palo derecho del arquero.

Baldazo de agua fría para los de Castro, que si ya veían dificil el desarrollo al finalizar el primer tiempo, con el segundo desde el vestuario ya era una tarea casi imposible.

Este tanto de Mora no solo significaba tranquilidad en el resultado, sino en el trámite del juego. El desgaste acumulado a lo largo de las fechas se empieza a sentir (Mercado no ingresó en el ST) y el 2-0 resultó un gran alivio para los de Gallardo.

River continuaba presionando en ataque, pero ya sin exigirse demasiado. El partido perdía en intensidad, y la visita se animaba (Castro saco un defensor y puso un punta mas), aunque sin mucha lucidez.

El muñeco metia mano en el equipo buscando darle descanso a algunos jugadores y sacaba a Boyé y Kranevitter (extenuado y ovacionado) para darle minutos a Driussi y Ponzio, lujos que el partido brindaba al técnico a falta de 23´.

Los minutos finales transcurrieron sin mucho mas que destacar que lo cerca de estuvo Mora de su hat-trick (una gran definicion por encima de García que lograron sacar en la línea) y la expulsión de un Martín Galmarini (ex Millonario) muy sacado, quizás por la impotencia que generaban las claras diferencias entre ambos equipos.

Victoria de River que sigue siendo el unico líder e invicto. Que continúa con un racha imbatible en el Monumental que ya llega a 14 partidos (11 triunfos) y aumentando la diferencia con el resto.

No solo en los números, sino en el juego.

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